LA MONTAÑA
El aprendiz de poeta acudió
a la montaña
tal cual la costumbre.
Allí encontraría la respuesta,
y preguntó el secreto para seguir escribiendo:
la montaña lo escuchó en silencio
y sonrió.
Nadie sabe si fue esa sonrisa
que lo fulminó
o un alud de
explicación geológica
dándonos la razón.
Nadie sabe
que el aprendiz se vio a sí mismo y al horizonte,
ahora tierra y camino,
árboles/raíces/cielo,
caminante y viviente,
sol y agua.
Imposible aceptar
que fue incapaz de soportarlo.
Imposible,
dijo la montaña.
#imposible
@josejarapoesia
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