NOS ARREBATARON LOS POEMAS

Cuando llegó la guerra
nos arrebataron 
los poemas.

Si alguien intentaba escribir
le disparaban en el pecho 
en la cabeza o en el sexo
- quién sabe dónde habita un
          poema-,
o le cortaban las manos
y le sacaban los ojos, 
también.

Hubo a quien le arrancaron los pies pensando que la escritura
eran restos de huellas por pisar.

Sin embargo,
de cuando en cuando,
en las paredes de los muros
aparecían palabras inéditas 
con sabor a canto y alegría.

"Los muertos no hablan",
dijo el general.
Fue así que comenzó 
una búsqueda aún más terrible.

Cada mañana;
fusiles, tanques y pistolas,
salían a las calles
y disparaban a la nada.

Nos quedábamos en casa
escuchando los ecos de las balas
perdidas en las esquinas.

Pero la poesía volvía:

16 del 6. Ejemplo:
"Nubes de balas vencejo
dibujan estrías de humo
para no olvidar el perfil
de tu piel cuando te pienso."

Al final, el cansancio 
derrotó a las milicias.
Las palabras no dichas 
brotaron como enredaderas.
El hedor de los cadáveres 
sucumbió en aroma de haiku 
y la poesía venció
como siempre fue.

Nadie recordó que un poema 
era la escritura del tiempo 
cuando todo está perdido.

Y que la pérdida 
es el alma 
de lo que permanece.


#nosarrebataronlospoemas
@josejarapoesia

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